Pueden ser varias causas: poco presupuesto, poco tiempo para organizarla, no ser amante de las grandes fiestas y otras más, pero si el hecho es que quieren organizar una boda pequeña, íntima, entonces sigue leyendo porque te tenemos ideas y ventajas de realizar una boda pequeña.

Una boda privada con pocos invitados puede estar constituida por los familiares más inmediatos: padres, hermanos, cuñados, abuelos y algunos amigos, los más cercanos. Ha ser una celebración que cuente con 10 personas o hasta un máximo de 50 para que pueda ser considerada íntima, privada o familiar.

Este tipo de celebraciones se está volviendo muy popular últimamente entre los famosos, así por ejemplo Johnny Depp tuvo una boda en las Bahamas, a la orilla del mar con menos de 50 invitados; o Mary-Kate Olsen y Olivier Sarkozy, que celebraron su matrimonio en Nueva York en un ambiente tan privado que no existen fotografías públicas de su boda.

Al ser un lugar reducido, es mucho más fácil que se encuentre disponible para la fecha que hayas seleccionado, a diferencia de las grandes iglesias que son muy solicitadas y tienen lista de espera. Incluso puedes elegir un resort donde se lleve a cabo la ceremonia y la recepción.

Muchas de las cosas las puedes hacer tú y tu familia, por ejemplo: invitaciones serán muy pocas, centros de mesa, recuerdos (no es lo mismo hacer 20 que 200).

La de los padres, de los suegros, de los abuelos. De esta manera se ahorra el gasto del salón de la recepción, que tiende a ser muy elevado.

Siempre se puede ofrecer un banquete más exclusivo al ser menos invitados, igualmente ocuparas un salón más pequeño, menos meseros, menos bebida, menos mesas y sillas, menos, menos, menos.

Al ser pocas personas y requerir menos de todo, el tiempo de preparación y planeación del evento también va a disminuir a la par que el estrés.

Al contar con invitados del primer círculo de los novios, existe menos compromiso y mayor confianza y naturalidad por lo que la boda puede ser más divertida y el protocolo menos riguroso.

Eso sí, que no falte la música, el pastel y el fotógrafo para que capte todos los momentos emotivos y divertidos que van a perdurar por siempre.

Aunque sea una boda familiar, procura contratar un servicio de catering y meseros para que todos puedan disfrutar de la fiesta. Lo maravillosos del banquete en una fiesta privada, es que, si tu presupuesto lo permite, puedes ofrecer una cena con menú de alta cocina, o si lo prefieres un cóctel con bocadillos o incluso ser más audaces y convidar una carne asada.

Un evento con pocos asistentes precisa una mayor personalización: en las invitaciones, en los recuerdos, hasta en los vasos y servilletas. En cuanto a la decoración se pueden crear ambientes íntimos y acogedores.

El aspecto negativo de este tipo de celebraciones, es que se pueden llevar muchas críticas y enojos de parte de las personas que no sean invitadas. Por ello recomendamos, mejor no avisar hasta que la boda se haya celebrado.

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